Laurence Sterne - Tristam Shandy

Pero cuanto más nos adentremos en la época en que escribió, más nos convenceremos, al leer Tristam Shandy, de que Sterne fue, en el más amplio sentido de la palabra, precisamente un hombre de su tiempo. Conocedor de todos los movimientos culturales, sociales, religiosos y políticos de su época, supo presentarlos en forma crítica, a veces satírica y burlona, a veces tierna y sentimental, prescindiendo de la hipocresía que, a menudo, veía a su alrededor. Para hacerlo, creó un estilo que difería por completo del camino por el cual avanzaba ya decididamente la novela inglesa. Muchos no lo vieron así hasta pasados muchos años, pero Sterne había abierto una vía nueva a los novelistas del futuro. Sobre todo, había creado una obra capaz de hacer reír a sus contemporáneos.

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Casi todas las partes de la obra tienen relación unas con otras, y, en la lógica del autor, se justifica la estructuración que poseen. El control es absoluto... Existe en la obra un aparente diálogo entre autor y lectores...

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Julio Cortázar conocía Tristam Shandy y lo cita en La vuelta al día en ochenta mundos, proporcionándonos, además, la pista para buscar su posible influencia en otro autor hispanoamericano, José Lezama Lima... Lo que han recogido de Sterne Cortázar y otros autores hispanoamericanos es, sobre todo, la técnica: el autor inglés parece haberles servido de impulso a sus experimentaciones literarias. La nueva narrativa que surgía en Hispanoamérica pudo encontrar en Tristam Shandy algunos elementos que potenciaron un nuevo modo de expresión literaria.

Del prólogo a Tristam Shandy. Cátedra, Letras Universales. Madrid.

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