Cortázar por Cortázar - Evelyn Picon Garfield

“… me di cuenta muchos años después que si yo no hubiera escrito El Perseguidor, habría sido incapaz de escribir Rayuela. El Perseguidor es la pequeña Rayuela. En principio están ya contenidos allí los problemas de Rayuela. El problema de un hombre que descubre de golpe, Johnny en un caso y Oliveira en el otro, que una fatalidad biológica lo ha hecho nacer y lo ha metido en un mundo que él no acepta… se parecen mucho en esencia. Johnny y Oliveira son dos individuos que cuestionan, que ponen en crisis, que niegan lo que la gran mayoría acepta por una especie de fatalidad histórica y social.”

“Yo tengo la convicción profunda, y cada día que pasa la siento más profundamente, de que estamos embarcados en una vía, en un camino equivocado. Es decir, que la humanidad se equivocó de camino. Estoy hablando sobre todo de la humanidad occidental porque de la oriental no sé gran cosa. Embarcados en un camino históricamente falso que nos está llevando directamente a la catástrofe definitiva, a la aniquilación por cualquier motivo –bélico, polución del aire, contaminación, cansancio, suicidio universal, lo que tú quieras. Entonces, en Rayuela sobre todo, hay ese sentimiento continuo de estar en un mundo que no es lo que debería ser porque (y aquí hago un paréntesis que me parece importante), ha habido críticos que han pensado que Rayuela era un libro profundamente pesimista en el sentido de que no se hace más que lamentar el estado de las cosas. Yo creo que es un libro profundamente optimista porque Oliveira, a pesar de su carácter broncoso, como decimos los argentinos, sus cóleras, su mediocridad mental, su incapacidad de ir más allá de ciertos límites, es un hombre que se golpea contra la pared, la pared del amor, la pared de la vida cotidiana, la pared de los sistemas filosóficos, la pared de la política. Se golpea la cabeza contra todo eso porque es un optimista en el fondo, porque él cree que un día, ya no para él sino para otros, algún día esa pared va a caer y del otro lado está el kibbutz del deseo, está el reino milenario, está el hombre verdadero, ese proyecto humano que él imagina y que no se ha realizado hasta ese momento. Rayuela es un libro escrito antes de mi toma de conciencia política e ideológica,… la idea general de Rayuela es la comprobación de un fracaso y la esperanza de un triunfo. Ahora, el libro no propone ninguna solución…”

“… cuando yo escribí Rayuela pensaba haber escrito un libro para la gente de mi edad, para la gente de mi generación. Cuando el libro se publicó en Buenos Aires y empezó a ser leído en América Latina, mi gran sorpresa fue que empecé a recibir cartas, centenares de cartas, y si tomas cien cartas, noventa y ocho eran de jóvenes, de gente muy joven, incluso adolescente en algunos casos, que no entendían todo el libro. De todas maneras habían reaccionado frente al libro de una manera que yo no podía sospechar en el momento en que lo escribí. La gran sorpresa para mí fue que la gente de mi edad, de mi generación, no entendió nada. Las primeras críticas de Rayuela fueron indignadas.”

“…Rayuela cuenta más para mí en cierto sentido que los cronopios. Los cronopios es un gran juego para mí, es mi placer. Rayuela no es mi placer; era una especie de compromiso metafísico, era una especie de tentativa para mí mismo además… en Rayuela no hay ninguna lección… lo único que tenía era un repertorio de preguntas, de cuestiones, de angustias…”

“Un día recibí una carta de los Estados Unidos, de una niña, una chica de diecinueve años, encantadora, que escribía muy bien, poeta. Me decía “Dear Mr. Cortázar, le escribo para decirle que su libro Hopscotch me ha salvado la vida. Mi amante me abandonó hace una semana. Yo tengo diecinueve y es el único hombre que había conocido, lo amaba profundamente y cuando me abandonó, decidí suicidarme. Y no lo hice en seguida porque tenía algunos problemas prácticos que resolver. Pasé dos días en casa de una amiga y encima de una mesa había un libro que se llamaba Hopscotch. Y entonces empecé a leerlo. Yo me iba a matar al día siguiente y había comprado ya las pastillas. Leí el libro, lo seguí leyendo, lo leí toda la noche, y cuando lo terminé, tiré las pastillas porque me di cuenta de que mis problemas no eran solamente los míos sino los de mucha gente…” Es por esta razón que el libro sirve también a los jóvenes como un compañero de vida, es decir un alma parecida. Por eso el libro es para mí muy optimista.”

“- … De ninguna manera puede saltar Oliveira a la rayuela.
- Él no salta. No, no, yo estoy seguro de que él no se tiró.
- Yo también estaba segura…
- Claro, estoy completamente seguro… pero hay críticos que han dicho al hacer el resumen del libro “y finalmente termina con el suicidio del protagonista”. Oliveira no se suicida… Lo que pasa es que yo no lo podía decir, Evie.
- No, decirlo sería destruir todo el libro.
- Destruir todo. Decir que no se mata es destruir todo el libro.”

“… la inteligencia por su limitación y sus imposibilidades, y la lógica aristotélica y toda la herencia de la tradición judeo-cristiana intenta dividir, hacer compartimento de cosas que deberían estar unidas.”

“…algunos de mis libros no comenzaron verdaderamente allí donde ahora está el comienzo para el lector. Rayuela, por ejemplo, comenzó por la mitad. Lo primero que yo escribí de Rayuela fue el capítulo del tablón sin tener la menor idea de todo lo que iba a escribir, antes y después de esa parte.”

“El final de Rayuela yo lo escribí todo en el manicomio, en cuarenta y ocho horas, realmente en un estado casi de alucinación… ese estado de fatiga y al mismo tiempo de lucidez, provocada incluso por la fatiga física, duró horas, horas y horas. Yo me acuerdo que mi mujer venía y me tocaba en el hombro y me decía “ven a comer”, o me alcanzaba un sándwich. Yo comía y seguía escribiendo; no, no podía separarme del libro hasta que lo terminé.”

“… hay mucha autobiografía en Horacio Oliveira o en Andrés o en Juan. Juan, Horacio y Andrés, si los pones a los tres juntos, yo creo que realmente me tienes a mí.”

“En un país con el que yo no tengo ningún contacto aparente, como es Polonia, mis libros han sido muy muy bien recibidos. Al punto que la edición de Rayuela se agotó muy pronto y fueron una vez más los jóvenes los que la leyeron. Y pidieron una segunda edición. Esta es una historia muy divertida porque de acuerdo con las leyes de Polonia, no se puede hacer una segunda edición de un libro una vez agotado porque hay un programa cultural que hace que haya que dejar su lugar a nuevos autores… Y entonces dijeron que no, que no se podía hacer una nueva edición de Rayuela. Y parece que la presión de los grupos de jóvenes, la presión popular fue tan grande, que aceptaron hacer una segunda edición. Entonces utilizaron una pequeña trampa burocrática: en vez de hacerla en Varsovia, la han hecho en Cracovia, con otra editorial, pero es el mismo plomo, han utilizado el mismo libro, es exactamente el mismo libro. Como anécdota complementaria, me contó alguien cuya palabra es absolutamente cierta, que el dirigente polaco Gierek… se quedó preocupado por esta historia de que la gente pedía una nueva edición de ese libro de un escritor extranjero. Entonces pidió el libro y en una reunión de amigos dijo que no entendía ni una palabra pero que si el pueblo lo pedía que se lo dieran. Cosa que me parece muy bien de su parte porque además es muy humilde. El podría haber dicho que a él no le gustaba por cualquier motivo pero dijo que no entendía. Eso me parece maravilloso.”

De los capítulos prescindibles: “…En Rayuela son citaciones literarias o filosóficas o anecdóticas, anuncios de periódico que están pensados en función de la novela. Es decir, de la conducta de los personajes o de los deseos o de las ambiciones de los personajes. Por ejemplo, algunos de los pequeños fragmentos los pongo en Rayuela porque lo que dicen es perfecto, no se puede decir mejor. Entonces para qué hacerles hablar a los personajes sobre este tema cuando ya está escrito, ya está dicho mejor de lo que yo podría hacer… Yo hacía fichas cada vez que encontraba algo que me interesaba, las tenía allí conmigo y luego eran los capítulos prescindibles, por fin.”

“…a Marcos y a mí nos gustan las mujeres muy adultas. Pero es la noción de la madurez, del ser adulto que hay que explorar… ser adulto y conservar al mismo tiempo una especie de actitud infantil frente a las cosas. Una actitud positiva, un entusiasmo, un sentido del juego, de lo gratuito,…
- …cuando tú pones una mujer como ideal en tus novelas, como la Maga, ella sabe jugar con una hoja.
- …por eso son los ideales, por eso son las mujeres que a mí me fascinan, y que fascinan a Oliveira… las mujeres que son capaces de entusiasmo… Es eso que tenía la Maga, también esa posibilidad de quedarse estupefacta y llena de entusiasmo porque en el suelo hay una hoja seca muy bonita y eso es mucho más importante que cualquier cosa.”

“… en todo caso la Maga existió sin ser exactamente como en el libro. Hay una modificación de su estructura en el libro. Pero fundamentalmente la mujer que dio el personaje de la Maga tuvo mucha importancia en mi vida personal en mis primeros años en París. Era como ella, no es ninguna creación ideal, no, en absoluto.”

“Hoy, a diez años de publicación… si me preguntaran cuál es el libro que tiene más peso para usted en todo lo que usted ha escrito, yo diría Rayuela. Si yo tuviera que llevar uno de mis libros a la isla desierta, yo me llevo Rayuela.”

“- Se ha dicho también que lo mejor de Rayuela se halla en los episodios específicos a modo de cuentos casi… la muerte de Rocamadour, por ejemplo.
- …Pero contrariamente a muchísimos lectores a quienes les apasiona Rayuela por esos capítulos y son los capítulos que recuerdan, a mí son los que menos me gustan en el conjunto de Rayuela, porque Rayuela estaba justamente destinada a destruir esa noción, luchaba contra esta noción de relato hipnótico. Yo quería que el lector estuviera libre, lo más libre posible, se dice muchas veces, lo dice Morelli todo el tiempo, el lector tiene que ser un cómplice y no el lector hembra. Y en esos capítulos, yo traiciono un poco, me dejo llevar por el drama, por la narración, y me he dado cuenta más tarde que los lectores quedan absolutamente hipnotizados por la intensidad de ese relato. Yo preferiría que esos capítulos no existieran así. Mi idea era hacer avanzar la acción y detenerla justamente en el momento en que el lector queda prisionero, y sacarlo de una patada fuera para que vuelva objetivamente a mirar el libro desde fuera y tomarlo desde otra dimensión. Ése era el plan. Evidentemente no lo conseguí en su totalidad. Pero esos capítulos son los que menos me gustan a mí desde ese punto de vista.
- Sin embargo… el capítulo donde está Talita sobre las tablas fue el primero que escribiste.
- Claro, y la explicación es muy sencilla. Es la primera cosa porque en ese momento yo todavía no tenía la menor idea de lo que iba a ser el libro después, y cuáles iban a ser las intenciones. Morelli no había nacido todavía. Morelli nació después.”

Fragmentos tomados del libro de entrevistas de Evelyn Picon Garfield “Cortázar por Cortázar”. Universidad Veracruzana, 1978.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leyendo estos fragmentos resulta curioso comprobar hasta qué punto son ciertas esas teorías que hablan de la vida propia de las obras. Cualquier cosa que uno haga, desde una película a una humilde acuarela, es susceptible de contar mucho más de lo que hubiéramos pensando -y a veces, claro, no siempre bien del pobre autor-.

Rayuela es uno de esos libros universo. Surge como de la nada, de una explosión y, poco a poco, se van apuntalando sedimentos -la nostalgia, la angustia vital, los escenarios, los capítulos prescindibles, la huella autobiográfica...-. Abarca tanto que es normal que se haya vuelto especialmente incontrolable fuera de las manos de quien la ideó, en un proceso de precipitado interminable.

Claro que la clave del personaje de la Maga es la ilusión, el entusiasmo por una hoja seca. Por eso es Maga. Ahí está la clave para sobrevivir en la vida. Pero pienso que en ella, Cortázar intuía su reflejo. El también era Mago: ¿no se ve claro en la foto de la esquina?