Sobre el Tablero de dirección

París, 21 de mayo de 1963

Querido Paco:

Bueno, ya está. Esta mañana, entre mate y mate, llegué al no-final de Rayuela. (…) Tengo tanto que decirte sobre tantas cosas que no sé por dónde embocar. Si querés, arrancamos por lo más peliagudo, la famosa nota inicial. He escrito cerca de veinte textos, hasta llegar a éste (…) El título irónico y liviano de “Tablero de dirección” me lo inspiran los automóviles, como comprenderás. Si no te gusta, pensá otro y sugerímelo. He querido quitarle toda pedantería a esas instrucciones, cosa bastante difícil. De ahí la referencia a las estrellitas, que me gusta mucho, y el tono liviano de la redacción.

(…)

En el famoso orden o lista de lectura, he señalado que al final sería mejor que en vez de un punto dejaran un guión, para que el lector vea que el libro sigue “abierto” y comprenda el juego de ese vaivén final entre 131, 58, otra vez 131, y así al infinito. Vos verás si se puede.

Desde luego, a lo que más miedo le tengo es a una errata de último momento en este Orden o Lista de lectura. Si en algo te pido que te fijes número a número es en eso. En las pruebas, taché demasiado el número final (queriendo señalar eso que te digo más arriba, o sea sustituir el punto por un guión); pero no vayan a creer que ahí va otro número o cosa parecida. Es siempre el 131.

Julio Cortázar. Cartas (volumen 1, 1937-1963). Biblioteca Cortázar. Alfaguara, Buenos Aires, 2000.

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